Diario del aislamiento Día 12: Music, sweet music
A los doce días de aislamiento uno empieza a ir
seleccionando cómo pasar las horas de forma productiva, esto es, trabajando,
cocinando, ignorando noticias, haciendo ejercicio, limpiando la casa y
repasando las existencias en la despensa. Eso sí, todo lo haremos escuchando música.
Todo.
Imagino que serán
Vds de los que están estos días con la música puesta todo el día. ¿No lo son?
¿Cómo es eso? ¿No están aprovechando para escuchar novedades, repasar
discografías, descubrir recomendaciones? ¿Cómo pueden desperdiciar esta
oportunidad de oro de estar en casa – a la fuerza, sí, correcto – y pasar horas
y horas escuchando y escuchando canciones, arias, sinfonías, o tanguillos de
Cádiz? En estos días en los que lo que la prudencia recomienda estar lo más
aislado posible del amargo ruido exterior, nada mejor que el dulce ruido de
nuestros equipos de música para contener el rumor sucio que llega desde la
calle. Si no están escuchando música todo el tiempo, háganse un favor: empiecen
mañana mismo.
¿No saben acaso
que hay estudios que dicen que la música reduce la ansiedad, aumenta la
comunicación neuronal, aumenta el optimismo y mejora el rendimiento deportivo? ¿No
sabían tampoco que hay otros estudios que dicen que si les gusta la música
indie posiblemente tenga la autoestima baja y sea Vd un poco tristón y con
querencia a la melancolía? ¿Sabían que otros indican que la identificación con
ciertos movimientos musicales ofrece pistas valiosas sobre la forma de ser de
las personas? Así, los heavys suelen ser buenas personas que cuidan de sus
abuelos y llevan a los conciertos al amigo que tiene una pierna escayolada por
culpa de los excesos con el air guitar, haciéndose relevos para que se apoye. Los
mismos estudios indican que la primera preocupación entre los rockers es la
alopecia (algo previsible) y los mods tienen las piernas muy finitas; se lo
digo yo que me probé unos pantalones XXL en una boutique modernista y no me
pasaban de la pantorrilla. También hay un estudio que, por sus conclusiones,
demuestra que todos los anteriores son acertados: según los investigadores,
escuchar a Maroon 5 es nocivo para agilizar habilidades mentales.
No vayan a
preguntar ahora quién hizo esos estudios, sería la primera vez en estos días
que alguien preguntara por una fuente fiable antes de tragarse la información
hasta el píloro y compartirla en los chats. En todo caso ya les digo yo de
buena tinta que sí existen, lo leí en la prensa y el
que lo escribió debió comprobarlo él mismo, que para eso es su trabajo. Casi
seguro, por cierto, que fue la Universidad de Massachussets. La Universidad de
Massachussets es muy útil para estas cosas: siempre que se menciona un estudio absurdo se
lo encaloman a la Universidad de Massachussets, que es un sitio en el que casi
nadie ha estado y así hay poco riesgo de que llame un bedel enfadado y
desmienta todo. De tanto oír hablar de ella, uno imagina la Universidad de
Massachusets como un edificio decimonónico con jardín de césped de esos de
película de Nueva Inglaterra, llena de gente con gafas, bata blanca, carpetita
y nombre irlandés que se saluda amable al cruzarse. Hombre, Dr Donovan, ¿qué
tal va el estudio sobre el diámetro de muslo de los mods? Muy bien, gracias Dr
O’Hara, ¿y qué tal va el suyo sobre el éxito en redes sociales de posts
producidos al azar por chimpancés alicorados?, estamos muy expectantes sobre el
resultado. Va bien, va bien, hala, adiós majo, saludos a Marjory.
Quizás en un
intento de emular a Italia, estos días hemos asistido a una carrera nacional
para encontrar la canción ideal para ilustrar el confinamiento patrio. No ha
sido fácil, dada la tradicional falta de cultura común musical en nuestro país,
quizás fruto de tener un himno instrumental. Los franceses tienen “La
Marsellesa”, los irlandeses tienen “Fields of Athenry” y los
australianos tienen “Waltzing Matilda”, pero si alguien nos preguntara cuál es
nuestra canción nacional no sabríamos bien qué contestar. Alguno diría “Asturias,
Patria querida”, que es de una zona y no de otras, y otros dirían “Qué viva España”,
que fue compuesta por un belga. Otros dirían “Paquito el Chocolatero”, que
tiene una letra profunda y fácil de recordar (hey! hey!), y otros más dirían
que “La Macarena”, también de letra sesuda y hasta con coreografía. Sea como
fuere, aquí nos cuesta identificarnos con una canción y por eso nos resulta tan
difícil acertar con lo del himno espontáneo. Al final, la señalada, que no
elegida, ha sido “Resistiré” del Dúo Dinámico, que suena en algunos balcones
aquí y allá sin demasiada convicción, al menos en mi barrio. Algunos disidentes
también ponen “Sobreviviré” de Mónica Naranjo, algo que se antoja
exagerado y demasiado gritón. En ambos casos el nexo con la situación es el
nombre de la canción, y en ese caso uno se pregunta si no habría sido mejor “Libre”
de Nino Bravo (que aún carga con el lastre de Amena) o hasta “Un beso y una
flor”. Al menos, eso sí, no ha sido una de Revólver.
Y es que hay tener
ojo con el uso de la música estos días. Por lo que se ha visto en redes, hay un
complot de famosos para asesinar ciertas canciones a base de versiones poco
acertadas. Afortunadamente, las canciones agredidas parece que merecían el
atentado, por lo que por ahora todo bien, aunque habrá que permanecer vigilantes.
Otras canciones han sido modificadas por sus propios autores: lo que queda de The Knack han hecho su propia version vírico-viral de "My Sharona" ante las decenas ya existentes. Neil Diamond ha
grabado una versión de su súper éxito “Sweet Caroline” para concienciar a la
población de la importancia de la higiene en tiempos de coronavirus. Donde la
canción original decía “tocándonos las manos”, la nueva versión auto-aislada
dice “lavándonos las manos”. Esta nueva canción de este nuevo Neil Diamond, que
no parece Neil Diamond por llevar pelo corto, gorra y barba, nace de una buena
intención pero puede que tenga un efecto no calculado: no sabemos si la
pandemia cambiará el mundo, pero sí podemos afirmar que el cambio de letra
marcará un antes y un después en las bodas irlandesas, los combates de boxeo y
las borracheras de pub. Más grave aún: ¿habrá que retirar del mercado las
copias existentes de “Beautiful Girls”?
Sea como sea y
diga lo que digan Neil Diamond o la Universidad de Massachussets, estos son días
perfectos para escuchar música. La ocasión es inmejorable, pocas veces vamos a
encontrar tanto tiempo para poder poner nuestros discos sin molestar al resto,
sin tener que cambiar de música para atender peticiones. Son días para
recuperar discos olvidados, para tirar del hilo y aprender que tal o cual
canción son en realidad versiones de grupos desconocidos con una discografía
deslumbrante. Días para escuchar discos enteros y entenderlos como un todo,
para recordar la sensación de poner vinilos y así levantarse de la mesa cada
veinte minutos a levantar la aguja, estirando de paso las piernas. Días para enviar,
recibir y compartir recomendaciones, para mandar canciones de subidón a los que
andan bajos de ánimo y compartir canciones que nos recuerdan a tiempos mejores con
los que solo vemos por Skype. Días para, cuando uno ya no aguante más noticias
tristes y malos agüeros, ponerse en bucle listas de canciones de esas para dar
saltos, poner cuernos con las manos y cantar a voz en grito.
Días para disfrutar de algunas de las pocas buenas cosas que nos ofrece el aislamiento, para ponerse los zapatos de bailar, colgar nuestra bola de espejos y obligarse a ser feliz un rato escuchando las canciones que nos gustan, empezando por ESTA:
Días para disfrutar de algunas de las pocas buenas cosas que nos ofrece el aislamiento, para ponerse los zapatos de bailar, colgar nuestra bola de espejos y obligarse a ser feliz un rato escuchando las canciones que nos gustan, empezando por ESTA:
Playlist para
el día 12, gentileza de nuestro faro musical en estos tiempos, Blanca DB:
Music
is my boyfriend
la musica sigue siendo......mi mejor amiga--valentinpop
ResponderEliminarMuy bueno el artículo, aprovechemos el confinamiento para escuchar y descubrír música. Gracias por la playlist!!.
ResponderEliminarAy me encanta esta Playlist, es muy mi madre
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