Diario del aislamiento Día 26: Jueves Santo
Veintiséis días, Jueves Santo. No deberíamos estar aquí pero aquí estamos, no nos queda otra. Menos mal que amenaza agua y al menos así nos agarramos al mal de muchos.
Otro jueves de confinamiento, y ya van cuatro para algunos, pero este es Jueves Santo. Para algunos esto significará más bien poco, para otros un día de vacaciones de un puente que normalmente trae un tiempo regular y unos atascos grandísimos, para otros un buen día de primavera, con sus cosas.
Para algunos de nosotros es día en el que levantarse pronto, desayunar en las terrazas un zumo de naranja, un mollete con aceite y tomate y un café con leche o dos. Día de echarse luego a ver la calle y cómo se va preparando la ciudad, a ver las iglesias abiertas y el lío de gente entrando y saliendo, de tomar una cerveza en el bar de enfrente, y luego otra y luego otra más. De parar para comer potaje de vigilia o bacalao o espinacas con garbanzos o un poco de cada una, de comerse de postre una torrija y un café. De parar un poco en casa para irse preparando para lo que viene, de ponerse zapatos de andar y una capa más de abrigo de la que parece necesaria, por aquello del relente y la humedad, no te olvides de llevarte algo para el cuello que si no mañana no hay quien tenga voz. De echarse de nuevo a la calle, de hacerse hueco en las bullas y esperar de pie un rato y luego otro rato, de comer algo aquí, tomar algo allá, de andar y andar y buscar los mejores rincones y los atajos que casi nadie se sabe. De notar como poco a poco le van doliendo a uno todos los huesos del cuerpo pero, sorprendentemente, poder con el dolor y el cansancio. De manosear el programa y acabar perdiéndolo, de encontrarse gente que uno no se esperaba y no conseguir encontrar a nadie con quien se había quedado. El día de ver amanecer en la calle, escuchar los pajaritos, comprar churros en un cartucho de papel, tomar café, más café, quizás un caldo más adelante. De volver a casa derrengado al día siguiente justo antes de comer pero con prisa para echar la siesta, que por la tarde repetimos la jugada, descansad ahora que nos queda otra paliza.
Este año nada de eso, qué le vamos a hacer. Este año, procesión virtual:
Procesiones para hoy
Real e Ilustre Hermandad Sacramental de Nuestro Padre Jesús el Cautivo y Confinado y Nuestra Señora de la Sanidad Angustiada, Primitiva y Fervorosa Cofradía de Nazarenos de San Diagnóstico Temprano y Santa Cura, vulgo “Los Sanitarios”.
Parroquia: Capilla del Hospital del Santo que Vds prefieran.
Pasos: Misterio, Cristo y Palio.
Túnicas: Blancas con bolsillo en el pecho con bolígrafos y antifaz azul en el paso de Misterio, verde cirujano con antifaz blanco en el paso de Cristo, verde quirófano con antifaz del mismo color en el Palio. En los tres casos llevan una Cruz de Malta bordada en el antifaz y un escapulario con forma de fonendoscopio. Los Diputados de Tramo llevan un espejuelo en la parte frontal a la manera de los otorrinolaringólogos.
Imaginería:
Procesión con tres pasos. Abre el cortejo el paso popularmente conocido como “Los Valientes”, que representa a los Doctores de la Iglesia San Gregorio, San Agustín y San Jerónimo en animada charla científica con Averroes, Galeno y el Dr Scholl, ilustre podólogo. Completan el elenco de figuras, uno de los más numerosos de la Semana Santa local, dos celadores, un enfermero, una farmacéutica y dos limpiadores, todos en actitud atenta y responsable. La canastilla del paso, de estilo neobarroco y adornada con plata y caoba, se remata en las esquinas con bustos de Ramon y Cajal, Gregorio Marañón, Ramón Sánchez Ocaña y el Doctor Rosado. En los faldones llevan bordados los escudos de los Colegios de Médicos y Enfermeros de la localidad, además de una receta para la farmacia y un volante de la Seguridad Social.
En el segundo paso figura la imagen del Santísimo Cristo Cautivo y Confinado, atribuido a Juan de la Máscara el Menor (el apodo se lo imaginan) en 1658, acompañado por las de San Juan de la Cuarentena y Nuestra Señora de la Paciencia Infinita, ambas tallas de la Escuela Cordobesa de Enfermería. La canastilla del paso, de estilo neorrenacentista, es de madera oscura, con cuatro sobrios cirios flanqueados por las imágenes de las virtudes del confinamiento: la Paciencia, la Disciplina, la Constancia y la Gimnasia. Los laterales del paso contienen cartelas con escenas del confinamiento: la ordenación de armarios, la actividad física en espacio reducido, la video-llamada caótica y la visita a la terraza a las ocho de la tarde.
La talla de Nuestra Señora de la Sanidad Angustiada que figura bajo palio es obra de Miguel Servet, nieto del insigne científico cocinado a l’ast, y lleva manto bordado en verde quirófano con motivos florales e imágenes de diferentes utensilios quirúrgicos. El palio es de estilo neobarroco con orfebrería en varales, respiraderos, jarras y candelabros, con techo de plata de ley y, en las esquinas, cuatro angelotes con mascarilla que representan la Asepsia, la Prevención, la Cuarentena y la Aspirina.
Del rico patrimonio musical destaca la adaptación en estilo de marcha procesional de “Doctor, Doctor” de los Thompson Twins, interpretada con cornetas y tambores, todo un desafío para los músicos por su ritmo sincopado y compleja melodía.
Salida Cruz de Guía: 20:00, entre aplausos desde los balcones.
Recogida: esperemos que lo antes posible, suerte y gracias de corazón a las cuadrillas.
Si les ha entrado la morriña, siempre pueden escucharse esto:
Playlist para el día 25, gentileza de la muy cofrade Blanca DB: God is in the house
Silvio!
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